Memorable lugar construido por el Virrey Manuel de Amat y Junyent. Considerado una obra maestra de la arquitectura colonial, el paseo se construyó en torno a sistemas de acueductos, cascadas y fuentes, los cuales debían alimentarse con las aguas del río Rímac.
En el año 1877, en el espacio del Paseo de Aguas solía operar la estación de tranvías sangre de Lima. De este antiguo edificio solo sobrevive uno de los antiguos muros perimétricos ubicado al lado izquierdo del arco central de la plaza.
Hoy podrás observar el hermoso espejo de agua que se encuentra al centro de la plaza, coronado por un hermoso arco.